En un giro inesperado para la industria de la moda, Balmain anunció la salida de su emblemático director creativo, Olivier Rousteing, quien deja la maison parisina tras catorce años al frente. Su partida marca el cierre de uno de los capítulos más significativos en la historia reciente del lujo francés.

Rousteing, quien asumió el cargo en 2011 con tan solo 25 años, transformó Balmain en una de las firmas más reconocibles del mundo. Con una visión que combinó la tradición de la alta costura parisina con la energía de la cultura pop, el diseñador francés redefinió lo que significaba el glamour contemporáneo.
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“Me siento profundamente orgulloso de todo lo que hemos logrado juntos y eternamente agradecido con mi equipo, que fue mi familia durante estos catorce años”, expresó Rousteing en el comunicado oficial. “Mientras me preparo para la próxima etapa de mi viaje creativo, llevaré conmigo todo el amor y las memorias de esta casa que siempre será parte de mí.”
Por su parte, Rachid Mohamed Rachid, presidente de Balmain y CEO del grupo inversor Mayhoola, agradeció al diseñador por su liderazgo visionario:“Olivier redefinió los límites de la moda con su audacia, su autenticidad y su compromiso con la inclusión. Su legado en Balmain es inmenso.”

La revolución Balmain: de la alta costura al fenómeno global
Fundada en 1945 por Pierre Balmain, la casa francesa fue durante décadas sinónimo de elegancia estructurada y refinamiento parisino. Sin embargo, cuando Rousteing asumió la dirección creativa, la marca buscaba reinventarse.

El joven diseñador, de origen etíope y somalí, adoptado por una familia de Burdeos, aportó una mirada nueva y profundamente personal: siluetas escultóricas, bordados deslumbrantes y una actitud cargada de confianza. Su estética combinaba la herencia de la alta costura con la energía del pop y la irreverencia del rock.

Así nació el fenómeno conocido como la “Balmain Army”, un ejército de estrellas, modelos e influencers —entre ellas Kim Kardashian, Beyoncé, Rihanna y Jennifer Lopez— que llevaron sus diseños por las alfombras rojas y redes sociales, convirtiendo la marca en un símbolo global de poder, diversidad y modernidad.

Rousteing también fue pionero en el uso de las redes sociales dentro de la moda de lujo. Mientras otros directores creativos mantenían distancia del público, él eligió mostrarse auténtico, transparente y cercano, abriendo una conversación directa con su comunidad digital.
Una salida estratégica en tiempos de cambio
Aunque ni la maison ni el diseñador han ofrecido detalles sobre las razones detrás de la separación, fuentes cercanas al sector sugieren que el movimiento responde a una reorganización creativa interna dentro del grupo Mayhoola, que busca impulsar una nueva etapa para la marca.

Tras más de una década de una identidad marcada por el exceso, la teatralidad y la estética maximalista de Rousteing, Balmain podría estar preparándose para un nuevo lenguaje visual que dialogue con las tendencias actuales de sobriedad y sostenibilidad.

Aún no se ha anunciado un sucesor, pero la firma confirmó que “en el momento adecuado se comunicará la nueva estructura creativa”.
El legado de un visionario
Más allá de sus logros estéticos, Olivier Rousteing deja un legado histórico: fue uno de los pocos diseñadores negros en liderar una gran casa de moda francesa, y lo hizo con una determinación que transformó no solo a Balmain, sino también la narrativa de diversidad dentro de la industria.
Su historia personal —desde un orfanato en Burdeos hasta las pasarelas de París— es la prueba de que el talento, la visión y la pasión pueden reescribir las estructuras más tradicionales.
Mientras el mundo de la moda especula sobre su próximo destino, una cosa es segura: la era Rousteing en Balmain quedará como un referente de audacia, inclusión y modernidad en la moda del siglo XXI.

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